Entre los latinoamericanos se ve la variante de un gen que incrementa el riesgo de diabetes, una variante que hemos heredado de los neandertales. Estos humanos que se extinguieron hace unos 30 mil años, convivieron con nuestros antepasados Homo sapiens en Europa y partes de Asia, donde hubo cruzamientos, al menos lo suficiente como para que quedase una impronta neandertal del 2 por ciento en nuestro genoma.
La variante del gen, detectada en un estudio genómico de más de 8000 mexicanos y otros latinoamericanos, fue descubierta por científicos de la Harvard Medical School, Massachusetts, Estados Unidos, y publicado en Nature.
Al parecer, quienes tienen esta variante del gen tienen un 25 por ciento más de probabilidades de padecer diabetes, y quienes heredaron esa copia del gen de sus dos padres, tienen un 50 por ciento de probabilidades.
El gen en cuestión es el SLC16A11, que se encuentra entre más de la mitad de los nativos americanos, incluyendo a los latinoamericanos. Recordemos que América fue poblada hace unos 30 mil años, desde Asia, por poblaciones que cruzaron el Estrecho de Bering que por aquellos tiempos no estaba bajo el nivel del mar.
Seguramente esos primeros americanos de origen asiático eran descendientes de los Homo sapiens que habían interactuado con los neandertales asiáticos. Así es que la variante también se encuentra en un 20 por ciento de los habitantes de Asia del Este, pero es muy raro entre europeos y africanos.
Este gen SLC16A11 es parte de una familia de genes que codifican para proteínas que transportan metabolitos, moléculas involucradas en varias reacciones químicas del cuerpo. Al alterar el nivel de las proteínas, el SLC16A11 puede cambiar la cantidad de cierto tipo de grasa implicada en el riesgo de diabetes.
Al comparar la muestra de los genomas actuales con el que fue publicado recientemente en Nature de un neandertal de la cueva de Denisoba, Siberia, los autores del estudio descubrieron que el gen SLC16A11 fue introducido en los Homo sapiens a través de cruzamientos que ocurrieron hace más de 30 mil años entre nuestros antepasados sapiens y los neandertales.
Es interesante que el análisis del genoma neandertal, no sólo nos permite conocer más sobre ellos, sino sobre nosotros mismos. Recién, tras más de diez años de análisis genéticos de fósiles de otros humanos que compartieron tiempo y espacio con nuestros antepasados, como los neandertales y los denisovanos, se está empezando a descubrir las implicancias del aporte que han realizado esos otros humanos a nuestro genoma.
Fuente: BBC